El patio de recreo de la política

Los políticos dan noticias cada día. Si el martes hablaba de Esperanza Aguirre y Santiago Carrillo, hoy toca hablar de Mariano Rajoy, Artur Mas, Francisco Rodríguez, Elvira Rodríguez y Pedro Morenés. Cinco titanes de la política que suman y siguen en la carrera de desprestigiarse a sí mismos y a sus colegas.

De Rajoy y Mas, presidente de España y de Catalunya respectivamente, decir que para lo que han hecho hoy más hubiera valido que se enviaran algún whatsapp, porque con el dinero que se han gastado en el paripé de la reunión tal vez hubiera comido una familia sin ingresos durante un par de meses, y eso sí sería dinero bien invertido. ¿Son políticos Rajoy y Mas? ¿no se espera de ellos que lleguen a acuerdos que beneficien a ambas partes? ¿es posible que Rajoy piense que contentar a su ala más conservadora no le va a traer consecuencias? ¿es posible que Mas piense que contentar a su ala más independentista no le va a traer consecuencias? Y no solo para ellos, que a mí sus vidas de lujo me la trae floja, que las consecuencias serán para nosotros: que yo no pueda viajar al resto de España sin el estigma de ser catalán, la broma a la espalda, la puyita en la boca, la burla en los ojos del paisanaje. En fin, gracias Mariano, gracias Artur, a ver qué nos depara vuestra ignorancia, chulería y estulticia.

De Francisco Rodríguez, pues es la comidilla de los medios conservadores, que por fin tienen un nuevo socialista corrupto que llevarse a la boca, a través del cual abominar de toda una ideología. El alcalde de Ourense ha sido arrestado en el marco de la –agárrense los machos–operación Pokémon… ¡hazte con todos! Ojalá llegue el día que un político no esté salpicado por la sombra de la corrupción, de cualquier color político, ya que la ciudadanía esté tan encima que sólo con la ligera sospecha tuvieran que dimitir. Francisco Rodríguez era alcalde desde 2007, tras arrebatarle la alcaldía a Enrique Nóvoa, del PP, partido que llevaba gobernando la localidad desde hacía 12 años. Se trata de una gota más, a buen seguro no la última, que vuelve a rebasar el vaso de agua que simboliza el hartazgo de un pueblo esquilmado por sus gobernantes, que además tienen que soportar los desmanes de éstos, sus fechorías, sus chanchullos, o como se dice en castizo: sus mamandurrias.

De Elvira Rodríguez poco se puede añadir. Está de enhorabuena porque va a presidir la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), como premio por ser una estupenda diputada. Cuando fue Consejera de Transportes de la Comunidad de Madrid culminó con éxito la mayor ampliación de una red de metro del mundo, la de Madrid, pero a pesar de esta noble gesta a la mayoría se nos viene a la cabeza su imagen como tertuliana en los debates ultracentristas de medianoche. Tampoco es muy conocida su otra faceta: la de disimular y fingir. Concretamente, disimula el hecho de que a pesar de ser de Jaén tiene cinco pisos en Madrid, pero no por ello deja de cobrar dietas de alojamiento como diputada en Madrid. Que una cosa es robar carritos de supermercado y otra muy distinta que le entreguen directamente a una su importe en la nómina. Caradura, genio y figura. Pues eso, ahora se va a supervisar e inspeccionar los mercados de valores españoles, estamos a salvo.

De Pedro Morenés, el actual Ministro de Defensa español, también podemos decir que está de fiesta. Acaba de conseguir que el Estado pague 1800 millones de euros en pagar deudas con la industria armamentística. ¿Que no hay dinero para educación, sanidad ni justicia? ¡Da igual! Hay que llevarse bien con los antiguos jefes, debe pensar Morenés, cuyo pasado vinculado a la industria armamentística conviene conocer. Hablo por ejemplo de Instalaza, cuyas bombas de racimo sirvieron para desmembrar cuerpos en la Libia de Gadafi. En otros países éste ministro estaría procesado por tráfico de influencias, de favor y de nosecuántas cosas más. Pero aquí no, aquí hay que remar todos juntos en la misma dirección y no mirar atrás.

En conclusión, éste es el paisaje político que causa desafección en Catalunya, España, Europa, el planeta entero y hasta los confines de la nueva galaxia descubierta por la NASA. Gente que tal vez no sea muy diferente de la sociedad de donde proceden, como decía en su artículo Ignacio Sánchez-Cuenca, pero que ostentan el poder real, casi absoluto, obsceno, al que no se le pueden buscar mejoras, puesto que automáticamente te convierten en demagogo, en indignado, en un peligro para la democracia. Ésta gente nos gobierna porque les hemos votado, conviene no olvidarlo. No somos mejores que ellos; pero eso no nos debe impedir echarles si no nos convencen y votar a otros, puesto que el nivel de desvergüenza, que antaño se podía pagar, ahora ya no lo podemos soportar más.

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