Introducción
Vamos empezar fuertecitos con las críticas de libros comenzando por mi autor español favorito, Enrique Vila-Matas, autor de Bartleby y compañía. Parece ser que al autor no le gusta que se vincule su nombre solo con esa obra, dado que tiene muchos otros libros, pero qué le vamos a hacer si sigue siendo la mejor y desde entonces se ha zambullido en su universo metaliterario, cuajado de citas de autores, reales o inventadas, sin trama ni tema que contar, solo con su inmenso yo en la novela.
Sí amigos, estoy desmitificando yo mismo a mi autor favorito, antes de que otros empiecen a comérselo vivo, ¿acaso cuando le den el nobel? Vila-matianos, yo os pregunto: ¿merece el nobel Vila-Matas? Está claro que por El mal de Montano (mi favorita) lo merece, pero, ¿por la totalidad de su obra? Ahí dejo la pregunta, entramos ya en la crítica, o comentario con tropezones, a su última novela: Montevideo.

Escribo ficción desde un espacio que suelen ocupar los ensayistas: un yo literario visible. De hecho, lo que se escenifica en cualquiera de mis libros no es exactamente una trama, o una serie de ideas, sino a mí mismo tramando, pensando o escribiendo bajo el avatar de un narrador. Aunque, eso sí, el avatar, la personalidad de cada uno de mis narradores, es distinta en cada novela y posiblemente lo único que las una a todas sea la voz o ese “yo literario visible” que reaparece en cada nuevo libro y da continuidad a la obra.
Enrique Vila-Matas
Opinión
Montevideo es una novela dividida en distintas localizaciones: París, Montevideo, Barcelona, Bogotá, etc. en las cuales se vierten los recuerdos y peripecias de un escritor que sufre de un bloqueo literario tal que le impide volver a escribir. En realidad, podríamos decir que es una novela que transcurre en una cabeza, que piensa, elucubra y recuerda diferentes anécdotas más o menos literarias. El caso es que al protagonista le invitan a unas conferencias en Montevideo y al llegar pide la habitación donde Cortázar escribió un cuento: La puerta condenada. Allí le pasan cosas tan fascinantes como encontrarse una maleta roja y devolverla a recepción. O sea, poca cosa, pero de ahí Vila-Matas te saca 100 paginazas. Es como si Iker Jiménez ve una sombra moverse en una carretera de noche, que te abre Cuarto Milenio con la chica de la curva incluida. Pues bien, Vila-matas, enfrascado en relatar cuanto de anodino le sucede en las distintas ciudades en la que discurre la no-trama, también nos cuenta lo que le sucede en las distintas habitaciones donde pernocta; en una habitación de hotel oye risas en la habitación contigua, en otra habitación parece que le sopla el viento desde algún lugar inaccesible… en fin, que ya se va viendo que hay un sentido alegórico de “lo que pasa al otro lado de la puerta”, es decir: lo que impide ver lo que hay al otro lado, porque hay una puerta que bloquea. Alegoría del bloqueo del escritor. Puto genio, Quique, ¡esto solo lo van a pillar los listos!
Conclusión
En resumen, una vez que nuestro protagonista dejó de escribir, empezaron a sucederle cosas (como lo de la maleta roja, que también incluía una araña grandota, detalle que se me escapa a la crítica), y entonces al volverle a suceder cosas, debido al acto mismo de vivir y deambular por el mundo por distintas ciudades invitado a conferencias y festivales, descubre que ya puede volver a escribir, porque tiene algo que contar. Tremendo Quique, tremendo, el nobel lo tienes ya ahí, tocándolo estás con las yemas de los dedos. Final feliz, pues, para nuestro héroe, que puede volver a escribir y regalarlos una novela más, una novela Vila-matiana más, que solo nos gusta a los más cafeteros, que le perdonamos todo, hasta su prosa cada vez más ramplona y descuidada. Otra historia banal, como ya hiciera con Esta bruma insensata. Todo bien trufado, eso sí, de citas literarias, tantas y tan variadas, que uno piensa que tal vez estaría bien que parte de los royalties los cobraran directamente los herederos de los autores citados. A los Vila-matianos cada vez nos cuesta más defender al autor de Historia abreviada de la literatura portátil, de Dublinesca, de París no se acaba nunca o de Kassel no invita a la lógica. Sin embargo, por simpatía, me resigno.
Ficha técnica
Título | Montevideo |
Autor | Enrique Vila-Matas |
Editorial | Seix Barral |
Año | 2022 |
Páginas | 300 |
Categoría | Novela |
Nota personal | 6 |
Comentario final | Otra paja mental Vila-matiana, esta vez con las puertas como bloqueos del escritor. |

Uno se pregunta siempre cuántos Vila-Matas se esconden bajo el nombre de Vila-Matas, o lo que es lo mismo, cuál es la biografía de su estilo, la biografía de sus abismos. El precipicio que es Montevideo tiene un motor: el miedo, y tiene además esa respiración oscura de cuando uno se asoma a la cerradura de una puerta y se pregunta qué hay detrás y sí en ese detrás es posible que se eleve un nuevo yo. Vila-Matas celebra así la pasión, la rebeldía y el eterno interrogante que es su escritura.
DIEGO DONCEL (ABC cultural. 08/10/22)