Por lo visto España está a puntito de entrar en el selecto grupo de países que se van al garete, junto con Grecia, Portugal, Irlanda e Italia. La culpa de ello la tiene la prima de riesgo, que está disparada porque la otra prima, la de Italia, está ya de parranda en una mansión con Berlusconi. ¿Pero qué es la prima de riesgo? Se trata de la remuneración adicional que se tiene que ofrecer a un inversor a modo de premio por haber invertido en un proyecto arriesgado en lugar de en una inversión segura. Ahora España es una golosina en el patio de un colegio de inversores.
En términos financieros, la prima de riesgo es el diferencial de rendimientos entre un activo arriesgado respecto de un activo libre de riesgos. En el mercado de los bonos gubernamentales hace referencia al credit spread, es decir, al diferencial de rendimiento producido por el riesgo crediticio entre el tipo de interés de los bonos gubernamentales de un país respecto a los tipos de interés de otro país de referencia (en la UE es Alemania), razón por la cual a veces también se usa la expresión «Riesgo-país». En otras palabras, la prima de riesgo refleja el rendimiento neto adicional que un inversor demanda por invertir en la deuda emitida por un país con más riesgo crediticio respecto de la seguridad en la inversión en un país como Alemania.
Así que es mucho más seguro invertir en Alemania, porque su prima de riesgo es prácticamente nula, pero es mucho más jugoso invertir sobre España, porque las ganancias pueden ser mucho más mayores gracias a su prima de riesgo… a costa de perderlo todo, si el país no puede pagar… pero ¡tranquilos todos! que para eso están los fondos de rescate, para poder pagar a esos inversores (y no para inyectar dinero en un país, como se cree). Cualquier inversor con dinero puede hacerse de oro en cuestión de minutos, especulando en el mercado de los bonos gubernamentales; lo que eufemísticamente se llama «los mercados». Luego están aquellas empresas –sí, empresas– que califican los riesgos de los activos financieros de los países, y determinan con sus estudios la prima de riesgo acorde: son las llamadas agencias de rating, con Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch a la cabeza.
Por este arte de biribirloque el sector empresarial y financiero es el que tiene capacidad para hundir países según convenga a sus intereses. Sospecho que este sistema lo ideó Magneto en estrecha colaboración con Lex Luthor, porque de tan malvado resulta cómico. Es tan sencillo, y a la vez tan complicado a los ojos de aquellos que no somos brokers ni especulamos en bolsa, que causa indignación, rechazo y un largo etcétera de reproches que van a caer en saco roto, puesto que nuestra capacidad para cambiar este hecho es nula: se limita a depositar un papel en una urna cada cuatro años y rezarle a Dios para que los «los mercados» nos tengan confianza.
La validez de las agencias de rating está fuertemente consolidada: en 2008 dieron la máxima calidad a los bonos emitidos por Lehman Brothers justo antes de su quiebra. Tendrían que haber amonestado a estas empresas, ¿no? ¡Pues no! Según García Montalvo, de la Universitat Pompeu Fabra
«(…) si la agencia pone una calificación a tus activos que no te convence, puedes no pagar, así que les interesa poner AAA porque si no el cliente podría irse. (…) Antes estas agencias tenían los incentivos correctos porque sus clientes eran los inversores y la agencia tenía que decirles la verdad. El problema [ahora] es que nadie sabe el modelo que utilizan para calcular [la solvencia], cobran por hacerlo, pero no te dicen sus variables. Lo que sí sabemos es que en los últimos siete años no han modificado sus modelos, y estos tenían errores.»
Sobran las palabras, estamos en manos de tiburones financieros; de empresas de calificación con la solvencia de la bruja Lola; de políticos en manos de la banca que paga sus campañas; de informaciones sobre este hecho brumosas y equívocas al estar las empresas de comunicación en el mismo barco que los políticos… y sin una salida honrosa en el horizonte.
Con más de la mitad del mundo indignada, con más manifestaciones, paros y movilizaciones mundiales que en cualquier otro momento de la historia, con la tasa más alta de abstención que pone de manifesto el divorcio entre los gobernantes y los gobernados, con estas empresas gigantescas fuera de todo control, y con más población que nunca en el mundo, toda ella desencantada, en la miseria y sin perspectivas de futuro… ¿como no perder el optimismo y pensar que ya todo da igual? ¿Como no darle razón a Francis Fukuyama, que en 1992 proclamó que estábamos en el fin de la historia? Tal vez los mayas tenían razón en sus profecías, y estamos en el albor de un cambio radical de los tiempos. ¿A dónde vamos? Y sobretodo ¿quién nos conduce allí? ¿vamos de la mano o con argollas?
6 respuestas a «La prima de riesgo»
Ya lo has dicho, pero es algo que me parece importante destacar: NO SE RESCATA A LOS PAISES SINO A LOS BANCOS. Y muchos de cuyos clientes son, cómo no, alemanes y franceses.
It's the end of the world as we know it.
Lo que no sé es si nos sentiremos "fine" cuando esto acabe.
AGANAKTISMENOI!
y no hay prima ni de riesgo ni de hostias; sólo primos, y somos ese famoso 99,99%
Yo sólo quería decir que Magneto nunca tramaría algo tan enrevesado! Esto de la prima de riesgo es más bien cosa de Kingpin.
😉
Bueno, tranquilos que Berlusconi ya se ha ido de Italia y ahora la prima de riesgo bajará y la bolsa subirá… vaya, en principio tenía que funcionar. El Niño Becerra la ha vuelto a cagar? Nada, no pasa nada, que esto ya lo sabíamos.
A ver qué pasa el año que viene. Se puede liar muy gorda.